Un 14 de abril, pero de 1979, Maite Vilaplana, Pep Camarena, Carlos Román, Ignacio Hernández, Juanjo y Ximo Martínez murieron sepultados por un alud que les sorprendió mientras dormían en las tiendas de campaña en medio de una ruta en la sierra de Gredos, cerca de Guisando, Ávila. Los seis jóvenes de Gandia, de entre 18 y 25 años y Esteban Altieri, otro montañero madrileño que también se encontraba en la zona, perdieron la vida por el desprendimiento.
45 años después del trágico accidente, familiares, amigos, el Ayuntamiento de Gandia, miembros del Centro Excursionista, del colectivo A un Tiro de Piedra y del Club Alpino de Gandia han instalado una placa conmemorativa en el Centro de Interpretación del paraje natural Parpalló-Borrell. Este símbolo a los pies del Mondúver en recuerdo de los seis montañeros se añade a otro idéntico que hace un año los propios colectivos instalaron en Guisando, el municipio más cercano al lugar del accidente.
Un dispositivo de más de 200 personas trató sin éxito salvar la vida de los siete montañeros
El alud, que se produjo tras un fuerte incremento de las temperaturas, provocó acumulados de nieve de más de diez metros de profundidad en algunos puntos de la Apretura de Los Galayos. Dos personas que acompañaban al madrileño Esteban Altieri, de 18 años, en una ruta hacia el refugio Victory presenciaron impotentes cómo la nieve enterraba a su amigo.
Tras el aviso de los dos jóvenes que lograron escapar de ser sepultados, se puso en marcha el dispositivo de búsqueda del joven montañero desaparecido. Fue el mismo grupo de rescate el que poco después descubrió que en el aparcamiento de Nogal del Barranco, lugar de partida de las excursiones que suben hacia el refugio Victory y Los Galayos, había dos coches matrícula de Valencia. En los vehículos habían llegado a Gredos seis montañeros gandienses a los que su familia echó de menos, ya que no habían regresado en la fecha prevista y no habían recibido ninguna noticia de ellos.
Más de 200 personas se movilizaron entonces para localizar a los siete jóvenes, entre ellas montañeros avileses, miembros de la Guardia Civil, la Unidad Alpina de Cruz Roja y un helicóptero del Servicio Aéreo de Rescate. Ocho días después de que se produjo el alud, el operativo localizó los siete cadáveres que la nieve había enterrado. A los seis gandienses la nieve les sorprendió mientras dormían en las tiendas de campaña.
Ahora, dos placas conmemorativas rinden homenaje a la memoria “de los seis de Gandia”, como les dicen cariñosamente los aficionados de la montaña, con la frase: “lo que amamos nos hace ser como somos, nos hace sentir y nos hace ser libres” .