En un reciente debate sobre la situación del fútbol en Gandia, se han expuesto argumentos contundentes que subrayan la crisis actual del deporte local. Los participantes reflexionaron sobre cómo la mala gestión de años anteriores y la falta de una política deportiva coherente han llevado a la debacle del equipo y a la falta de talentos en la cantera.
Uno de los puntos más destacados fue la necesidad de realizar inversiones significativas en infraestructuras deportivas. Los comentaristas señalaron que, a diferencia de décadas pasadas, cuando la cantera producía futbolistas que llegaban a niveles profesionales, hoy en día los jóvenes talentos enfrentan condiciones deplorables en los campos de entrenamiento. Con instalaciones inadecuadas y una falta de recursos, es comprensible que muchos jóvenes se vean obligados a buscar oportunidades en otros clubes con mejores condiciones.
Se hizo especial énfasis en la contradicción que presentan algunos directivos, quienes antes criticaban la inversión en el primer equipo y ahora exigen resultados inmediatos sin considerar las bases necesarias para el desarrollo a largo plazo. La frustración se hace evidente cuando se analiza el impacto que estas decisiones han tenido en la permanencia del equipo en categorías superiores.
Los debates también tocaron la importancia de reconocer el talento local y la necesidad de apoyarlo, algo que, según los participantes, ha sido desatendido. La historia del Gandia muestra que en épocas anteriores había una representación significativa de futbolistas locales en equipos de élite, una realidad que hoy parece lejana.
El descontento es palpable, y muchos coinciden en que sin un cambio radical en la forma en que se gestiona el deporte en Gandia, el futuro del fútbol local seguirá en la cuerda floja. La demanda de una infraestructura adecuada y una política deportiva efectiva son cruciales para revertir esta tendencia y devolver a la ciudad su lugar en el mapa del fútbol regional.