Se trata de una mujer, de nacionalidad colombiana, que tiene problemas con el alcohol y las drogas y que cada vez que consume alguna de estas sustancias se pone agresiva y muy violenta. De hecho, la relación de pareja durante años ha acabado en varias agresiones de ella a su compañero sentimental habiéndose interpuesto denuncias en varias ocasiones e incluso dictándose por los juzgados dos órdenes de alejamiento de ella sobre él.
Así las cosas, y teniendo vigente una orden de alejamiento del hombre -por lo que comete también un quebrantamiento de condena- seguía yendo al domicilio de él porque logró convencerle para que le perdonara aduciendo como excusa que no lo volvería ha hacer más y que, si no le abría la puerta de su casa, tendría que quedarse en la calle porque no tiene dónde ir a dormir. De nuevo y debido a su dependencia emocional y por lástima le abrió la puerta por enésima vez.
El hombre maltratado reconoció ante los agentes de la Policía Nacional que incluso habiendo sido detenida la que fue su pareja o que incluso con las órdenes de alejamiento interpuestas por los juzgados, ella nunca ha dejado de beber y de ponerse agresiva y violenta.
Tan violenta que hace varios días estando completamente ebria y bajo los efectos de alguna droga psicotrópica comenzó a insultarle y amenazarle de muerte -una vez más- llegando a abalanzarse sobre él para agredirle con arañazos y golpes por todo el cuerpo.
En un momento de la agresión la mujer agarra por los testículos al hombre y con las uñas trata de arrancárselos provocando un fuerte desgarro en la zona íntima del hombre, teniendo que acudir al Hospital Francesc de Borja de Gandia donde fue atendido y le pusieron ocho puntos se sutura en el escroto.
A pesar de ello y de comunicar el centro sanitario la agresión no denunció los hechos por temor a que la manden a la cárcel a tenor de los antecedentes por agresiones que tiene contra el hombre.
Y de nuevo, tan solo cuatro días de esta brutal y sexual agresión, la mujer tras consumir gran cantidad de alcohol, le vuelve a insultar y amenazar por lo que el hombre opta por irse de casa y refugiarse en un bar cercano. Al momento se presenta la mujer en el bar y de nuevo comienza a amenazarle y agredirle con empujones y golpes, insultando a los clientes que trataban de intervenir en la agresión quienes -viendo el panorama- optaron por llamar a la Policía Nacional quien se hizo cargo de la situación instruyendo las correspondientes diligencias.
