Después de muchos años de crisis e incluso de incertidumbre sobre su viabilidad y rentabilidad, el Ayuntamiento de Gandia ha logrado salvar el mercado de abastos situado en el polígono Alcodar, llamado Mercat Gandia, gracias a un cambio en la gestión de esa infraestructura. Ese cambio tenía dos objetivos. Por una parte, garantizar la presencia de asentadores que suministran género a los comercios de la ciudad y la comarca y, por otra, que su funcionamiento no sea una losa económica para el consistorio.El proceso, gestionado desde el departamento que dirige el concejal Salvador Gregori, ha conseguido adjudicar 25 puestos a 19 empresas o autónomos que mostraron interés en mantener la actividad comercial en este gran mercado que Gandia construyó hace décadas, cuando desmontó el que funcionó en la plaza del Prado.La adjudicación de esos puestos se ha producido por un periodo de diez años, prorrogable por otros tres, con el objetivo de garantizar un tiempo lo suficientemente amplio como para que cada empresa o autónomo pueda invertir dinero en la mejora de sus propias paradas y garantice la continuidad de la actividad en esa gran nave. Si se cumplen las expectativas, esta adjudicación finalizará en el año 2037.A diferencia de lo que ocurría antes, cuando el ayuntamiento pagaba 70.000 euros al año a la asociación de asentadores para el mantenimiento de las instalaciones, el Gobierno local ha optado por un nuevo sistema de gestión directa. Cada empresario pagará la electricidad y otros gastos generados en su puesto, pero el resto de servicios y el mantenimiento general correrá a cargo del ayuntamiento, que es el propietario del edificio.Los 19 titulares de los 25 puestos abonarán un canon fijo y otro ofrecido en este concurso público que, en total, suma 163.000 euros anuales. Si se acumulan los diez años de duración más la prórroga de otros tres previstos en el contrato, el ayuntamiento ingresará en ese periodo más de dos millones de euros. La cifra todavía podría verse incrementada ligeramente si, como pretende el Gobierno local, se pueden adjudicar las cuatro paradas que siguen vacantes.Ampliar el radio de influenciaLo fundamental de todo este proceso es que durante al menos la próxima década la ciudad de Gandia mantendrá abierto y con actividad ese mercado, en el que se aprovisionan de frutas y verduras numerosos pequeños comercios de la comarca, que de esta manera tendrán a escasa distancia un lugar al que acudir, aunque hay muchos que, dependiendo el género que buscan, acuden a los mercados de abastos de Xàtiva, Alzira e incluso Mercavalència.El Ayuntamiento de Gandia confía que esta adjudicación permita ir un poco más allá y entre todos se puedan mejorar las instalaciones y lograr que el mercado amplíe su radio de influencia comercial para garantizar el futuro.Una deuda de 350.000 euros el riesgo de cierreDurante años la continuidad del mercado de abastos de Gandia ha estado en el aire, y los empresarios o autónomos que allí tienen su puesto han venido denunciando un abandono de las instalaciones que afectaba a sus negocios.En el origen de todo figura la deuda que el Ayuntamiento de Gandia acumuló a raíz de los impagos producidos desde los años 2012 hasta 2017, la mayoría de ellos cuando el Partido Popular gobernaba el consistorio con mayoría absoluta.En ese periodo que condujo a la mayor deuda municipal de la historia los asentadores dejaron de ingresar los 70.000 euros al año que el ayuntamiento tenía comprometidos con la asociación que gestiona Mercat Gandia, y en 2017 la cifra alcanzó los 350.000 euros, lo que a punto estuvo de desembocar en acciones judiciales.El departamento de Contratación inició entonces una negociación que llegó a buen puerto con una quita del 50% y el compromiso de llevar a cabo mejoras en las instalaciones de la gran nave y las dependencias anejas situadas en el polígono Alcodar.Tras el acuerdo llegó la reflexión por parte del Gobierno local sobre cómo abordar la gestión de este espacio para conseguir que la ciudad de Gandia no dejara morir lo que es un servicio esencial para muchos pequeños comercios de frutas y verduras repartidos por toda la comarca de la Safor y algunos municipios de comarcas vecinas que cada día se aprovisionan de las mercancías que después venden en sus establecimientos.La solución es la que ha permitido este proceso de licitación y adjudicación de puestos. El ayuntamiento, en vez de pagar el dinero para tener al día las instalaciones, opta por ingresar el canon a los asentadores y asume directamente la gestión y el mantenimiento del mercado.